¿Crees que te has lesionado? ¿Y ahora qué?

Texto de David and Megan Roche
Vídeo y fotografía de Matt Trappe


La vida de un deportista casi siempre incluye periodos de lesiones. Es la dura realidad. Nuestro cerebro puede convencernos de que podemos correr 30 km cada día, pero los huesos y cartílagos que componen nuestro cuerpo son independientes de nuestros objetivos. En cuanto abandones el sofá y des un paso hacia tus sueños deportivos, también te enfrentarás a tu próxima lesión.

Tendrás que dar ese paso de todas formas. Y después muchos más. Para lograr tus objetivos, debes seguir entrenando y no permitir que el miedo te paralice. Las lesiones pueden entorpecer tu progreso. Cualquier deportista que se haya acercado a su máximo potencial se ha enfrentado más de una vez con su peor enemigo: una lesión. Tras la mayoría de las victorias triunfantes hay siempre algún revés provocado por una lesión.

Son inevitables, pero difíciles de sobrellevar. Los corredores no dejan de enfrentarse a ellas todo el tiempo. ¿Ese dolor de cadera que sientes al despertar es insignificante o arruinará tu temporada? Este tirón que sentiste en la espinilla en el sexto kilómetro... ¿Es algo sin importancia o es una fractura? Al aprender a responder estas preguntas, te convertirás en un deportista más profesional. Asimismo, es una parte importante del entrenamiento.

Este artículo brinda a los deportistas nueve consejos para ayudarlos a manejar mejor sus períodos de lesión. Como en un juego de cartas, incluso si has jugado bien todas tus cartas, aún puedes perder una mano. No es grave. Incluso puede que este fracaso te lleve a tu próxima victoria.

Importante: por supuesto, siempre es bueno consultar a un médico u otro profesional de la salud, como un fisioterapeuta. Se han formado durante años, por lo que no tienes que buscar tus síntomas de lesión en Google y entrar en pánico con los resultados...

1. Piensa en lo que tu mejor amigo o un buen entrenador te diría

Es casi imposible que seas objetivo contigo mismo. Los entrenadores constantemente aconsejamos a los deportistas que descansen. Sin embargo, nosotros mismos tendríamos dificultades para seguir estos mismos consejos. Cuando hablo con un deportista, le digo: «Tómate tres días de descanso y verás como tu rendimiento mejora». Al mismo tiempo, pienso: «¿Tres días de descanso? AHORA ES CUANDO TOCA ENTRENAR».

Así que recapacita. Escribe todos los días cómo te sientes en un cuaderno, incluso cuando estés en plena forma. Observa la evolución de tu estado a lo largo del tiempo. Presta atención a la evolución. Y pregúntate qué te aconsejaría tu mejor amigo o entrenador. Alerta de spoiler: probablemente te dirán que no pasa nada por tomártelo con tranquilidad y descansar de vez en cuando. No siempre miramos sistemáticamente por nuestro bien. Así que, siempre que puedas, intenta evitar sentirte abrumado por las emociones autodestructivas.

2. Sentir un poco de molestia puede ser normal, pero ten en cuenta que el propósito de correr es sentirse bien

El entrenamiento de carrera consiste en mejorar la forma en que corres para que te canses menos y gastes menos energía cuando realices esfuerzos. Para ello, buscas adquirir una velocidad o una potencia efectivas. Si estás cansado o sientes molestias, tu carrera no será eficaz. Te garantizo que el entrenamiento que realices en situaciones de gran estrés nunca tendrá efectos positivos a largo plazo. El objetivo es mejorar, no desgastarse.

Es decir, tu cuerpo no sabe cuántos kilómetros ha recorrido, pero sabe lo que es el estrés. Tu cuerpo informa de su nivel de estrés a través de los dolores que sientes. La intensidad del dolor cambiará a medida que entrenes. Si se localiza en un área muy específica o si persiste durante varios días, descansa por completo o realiza ejercicio moderado para recuperarte.

Estamos en contra de la cultura de ciertos deportistas que abogan por el sufrimiento extremo del cuerpo durante los entrenamientos. Los resultados se obtienen adaptando el cuerpo gradualmente al esfuerzo y no torturándolo.

3. Deja de correr de inmediato si sientes dolor al caminar o si la molestia empeora mientras corres

Los únicos corredores que se sienten genial en cada momento y a los que nunca les duele nada porque pasan la mayor parte de su tiempo posando para las fotos son los modelos de Instagram. Todos los demás están atentos a los primeros signos de lesión. Sin embargo, también es cierto que si dejas de correr a la menor advertencia, nunca correrás.

¿Cómo saber entonces si es mejor seguir corriendo o parar? Primero, evalúa tu problema caminando. Si ya te sientes incómodo simplemente caminando o haciendo tus actividades diarias, seguramente también sufrirás al correr, ya que te someterás a un mayor impacto. Los dolores musculares leves son normales, pero deberían desaparecer cuando te pones en movimiento.

El segundo paso consiste en evaluar tu rigidez muscular. Si estás rígido, pero tus músculos se relajan tras cinco o diez minutos de ejercicio y te sientes mejor al final de la carrera, es una buena señal. Esto significa que correr no empeorará tu dolencia. Si tus dolores aumentan mientras corres, para y camina de vuelta hasta donde empezaste.

4. No te sientas mal por tomarte días libres, pueden ser muy beneficiosos

Solo una semana antes de la carrera Chuckanut 50k de 2018, Keely Henninger se tomó cinco días libres porque sufría una fastidiosa lesión. Eso no le impidió ganar, casi batiendo el récord de la carrera. Del mismo modo, Clare Gallagher no corrió durante toda la semana previa a la Western States 100 de 2019. Perdió de inmediato su buen estado físico y su carrera fue desastrosa... Es broma, ganó la carrera con el segundo mejor tiempo.

La cuestión es que las pequeñas interrupciones en el programa de entrenamiento pueden dar sus frutos. El legendario entrenador Jack Daniels dice que no perdemos ninguna habilidad física al dejar de hacer deporte durante cinco días y los estudios científicos corroboran sus afirmaciones. En tres días, tendrás tiempo para coger fuerzas y concentrarte, mientras dejas que tu cuerpo recupere su nivel muscular por completo. Entonces podrás evaluar mejor las consecuencias de una posible lesión a largo plazo. En caso de duda sobre la gravedad de una lesión, tu primer reflejo debe ser dejar de practicar deporte durante tres días. Según nuestra experiencia sobre pautas de entrenamiento, lo más probable es que experimentes tu mejor rendimiento hasta la fecha la semana siguiente.

5. La fisioterapia puede hacer milagros, pero no abuses demasiado de tu cuerpo

Cuídate, especialmente siguiendo los consejos de un profesional. Sin embargo, recuerda que el descanso puede ser a menudo el mejor remedio para tus lesiones. Ya hemos visto a deportistas experimentar fracturas de fatiga tras repetidas pruebas de salto o terminar con hematomas impresionantes después de un masaje de tibia dolorido. No hagas nada que pueda agravar tus lesiones. Simplemente sigue las recomendaciones de tu fisioterapeuta para acelerar tu curación.

6. El entrenamiento cruzado es útil, pero ten cuidado de no agravar una lesión subyacente.

El cuerpo tiene la capacidad de regenerarse y adaptarse. Como deportistas de resistencia, buscamos aprovechar cada hueco que tenemos en nuestro horario, pero esto puede ser otra causa de estrés. Sin una recuperación adecuada en tu planificación, te buscarás tu propia ruina.

Así que deja que tu cuerpo descanse. En caso de lesión, incluye uno o dos días de descanso antes del entrenamiento cruzado o las sesiones de fisioterapia. De este modo, se reducirá la inflamación y evitarás que tu dolencia empeore.

7. Olvida tus objetivos deportivos y disfruta de los beneficios que aporta la actividad

Como muchos otros entrenadores, somos fanáticos del entrenamiento cruzado. Además de la carrera, recomendamos a todos los deportistas que realicen otras actividades que les gusten, incluso cuando no tengan lesiones. Podrán parar mucho más fácilmente ante el más mínimo signo de lesión. Sin embargo, asegúrate de elegir una actividad que realmente disfrutes si no quieres aburrirte o incluso caer en una depresión, lo que sería mucho peor que lesionarte mientras corres.

Puedes empezar con algunas de las actividades relacionadas con la carrera, como la elíptica, aquagym, bicicleta o StairMaster. Si tu lesión no te permite realizar estas actividades, intenta nadar, remar o hacer bicicleta de mano. Estas actividades te preparan físicamente para un regreso triunfal a la carrera. Sin embargo, ten en cuenta que si te obligas a realizar estas actividades, no será de mucha ayuda. Debes disfrutarlas realmente.

8. Eres un paciente y deben tratarte como tal

Eres como un deportista de élite. Esa es la mentadidad. Buscas mejorar, como lo haría un deportista profesional. Mereces beneficiarte de los mismos tratamientos médicos que los deportistas profesionales. Busca un médico o fisioterapeuta que comprenda las expectativas específicas de un deportista para obtener los mejores diagnósticos, tratamientos y consejos con el fin de volver a la actividad física. Si un médico pide una resonancia magnética para un campeón nacional, también tú tienes derecho a ese tratamiento.

9. Quien dice deporte también dice lesión y no es el fin del mundo

Aunque sigas todos nuestros consejos, seguramente te lesionarás en algún momento. Acepta esta realidad. Quédate con el resultado de tu entusiasmo y esfuerzo, del cual podrás enorgullecerte, porque sería mucho más fácil pasar el rato en el sofá viendo Netflix. La adaptación y el progreso están en el mismo espectro que los errores y las lesiones. A veces, tratando de superar tus límites, te das de bruces con ellos y eso es maravilloso.

Por supuesto, siempre es doloroso lesionarse y muchas lesiones se pueden evitar o minimizar. Pero tener el coraje de superar tus límites es extraordinario y una fuente de gran satisfacción. Haz todo lo que puedas para mantenerte en forma, pero recuerda que lesionarse forma parte del juego.

Solo los mejores sufren lesiones. Y tú eres uno de ellos.